Calentar una sartén a fuego medio y añadir el azúcar poco a poco, de a una cucharada por vez, esperando a que comience a derretirse para añadir el resto, siempre mezclando con espátula apta para el calor o cuchara de madera.

Cocinar a fuego medio, removiendo siempre hasta obtener un caramelo líquido de color ámbar.

Verter el caramelo sobre el molde preparado con cuidado, ya que el caramelo estará extremadamente caliente.

Rápidamente coger el molde con un trapo de cocina, pues estará caliente, y moverlo circularmente para que el caramelo se desparrame y cubra toda la base.

Dejar enfriar y reservar.

Colocar en un cuenco el queso crema, el azúcar y el aroma de vainilla y mezclar con varillas hasta ablandar el queso.

Añadir los huevos uno a uno, mezclando bien después de cada adición hasta que estén completamente integrados. Reservar.

Incorporar la leche poco a poco, mezclando siempre para que no queden grumos.

Pasar la mezcla por un tamiz antes de verter en el molde preparado, para retirar posibles grumos que hayan quedado.

Precalentar el horno a 150ºC con ventilador arriba y abajo.

Preparar una bandeja para horno que tenga al menos 3 cm de profundidad.

Colocar en el centro de la bandeja unas 5 hojas de papel de cocina plegadas, esto evitará que el molde se mueva durante el horneado.

Colocar el molde con caramelo encima del papel de cocina y llenar el molde con la mezcla de flan. Tapar el molde con papel de aluminio.

Llenar la bandeja con agua caliente pero que no haya hervido y llevar al horno.

Cocinar durante 40’ a 150ºC y retirar el papel de aluminio.

Seguir horneando durante 20’ más hasta que al mover el flan, se mueva como una gelatina pero al insertar un cuchillo, éste salga limpio.

Dejar enfriar por completo antes de llevar el flan a la nevera al menos 4 horas para que esté bien frío antes de desmoldar.

Para desmoldar el flan, pasar una espátula por los bordes para ayudar al flan a soltarse del molde. Para comprobar que el flan está suelto, agitar un poco el molde para ver si el flan se mueve.

Colocar encima del molde un plato que sea lo suficientemente grande y profundo para recolectar el caramelo que soltará el flan al desmoldarse.

Presionar el plato firmemente y darle la vuelta de una vez hasta escuchar el ruido que el flan ha caído al plato.

Servir con el caramelo que ha soltado el mismo flan.