Consiste en almendras finamente molidas. Le da a la masa una maravillosa textura. Las almendras tienen un alto contenido en proteínas y son muy adecuadas para hornear pasteles dulces. Esta harina es muy fácil de hacer: simplemente mezcla las almendras escaldadas o crudas y sin pelar en una batidora.

¡Incluso puedes hacer harina de este ingrediente todo terreno! Conocemos la soja del tofu, las bebidas de soja y las rodajas de carne de sustitución, así como la harina de soja. Es rica en fibra y proteína.

Aprox. 75 g de harina = 100 g de harina de trigo (tipo 405)

La base de esta harina son los garbanzos pelados. Mucha gente conoce los garbanzos por el famoso plato salado: El falafel. Se adapta muy bien a las masas saladas, pero también da a las dulces un toque especial.

Tiene más carácter y sabor que las otras harinas de frutos secos. Nota: presta atención a las posibles alergias y pregunta de antemano a tus comensales para asegurarte de poder usarla. 

• Harina de alforfón: No te dejes engañar por el trigo sarraceno. Puede que tenga "trigo" en el título, pero no tiene nada que ver. No contiene gluten, sabe a nuez, es aromática y funciona bien en productos horneados dulces y salados.
• Harina de teflón: Viene de Etiopía y está hecha de "lovegrass" o mijo integral. Tiene un sabor ligeramente dulce y contiene muchos minerales.
• Harina de avena: Debido a su sabor salado, es buena para el pan, pero necesita ser complementada con otra harina, ya que tiene un sabor amargo por sí sola. Busca la avena sin gluten certificada, ya que la avena comercializada puede contener trazas de gluten de los procesos de fabricación.

• Siropes como el sirope de dátil o el sirope de arroz.
• Zumos espesos como el de manzana, pera o agave. 
• El alcohol de azúcar y los edulcorantes como el eritritol y el xilitol o la estevia son bajos en calorías o incluso libres de calorías.

A veces puede ser necesario ajustar las recetas cuando se les añade zumos o siropes espesos, ya que  el alto contenido de humedad puede afectar a la consistencia de la masa

Las semillas de lino molidas son excelentes cuando se trata de unir masa. Además, tienen un ligero sabor a nuez, por lo que son perfectas para horneados dulces.

Combina 1-2 cucharadas de semillas de lino + 3 cucharadas de agua y déjalo reposar hasta que se forme una especie de gel. Es el sustituto perfecto de 1 huevo.

El puré de manzana o mousse de manzana, que no suele contener azúcares añadidos, mantiene el pastel unificado, texturiza la masa, agrega humedad y le da un ligero dulzor, por lo que el azúcar de la receta puede ser total o parcialmente reemplazado.
2 cucharadas de puré de manzana (70 g aproximadamente) = 1 huevo. 

Como el puré de manzana, los plátanos (especialmente los maduros), unifican la masa, dándole humedad y dulzura.

½ plátano = 1 huevo

Funcionan bien en productos horneados dulces y salados, como panes, ya que tienen un sabor relativamente neutro. Con el tiempo, las semillas de chía se hinchan en el agua. Si, por ejemplo, dejas las semillas en agua toda la noche, se volverán en una especie de puding o gel, que se puede usar para homogeneizar la masa.

1 cucharada de semillas de chía + 3 cucharadas de agua = 1 huevo

Las cáscaras de psyllium molidas o las semillas de pulgas molidas en una licuadora con agua, se hinchan varias veces su tamaño original, formando un "caldo" que puede usarse para unificar la masa.

1 cucharada de cáscaras de psyllium molidas + 200 ml de agua = 1 huevo

• Avena: 3-4 cucharadas de copos o salvado de avena = 1 huevo
• Almidón: 1 cucharada de almidón + 3 cucharadas de agua = 1 huevo.
• Harina de soja: 1-2 cucharadas de harina de soja + 1-2 cucharadas de agua = 1 huevo
• Vinagre: 1-2 cucharadas de vinagre = 1 huevo
• Tofu sedoso: 50-60 g de tofu sedoso = 1 huevo.
• Goma de algarrobo: 1 cucharadita = 1 huevo.

Tiene un sabor dulce, es rica en fibra y baja en colesterol. Sin proteínas de leche ni lactosa. Cosechada nacionalmente, por lo que tiene un impacto reducido en el medio ambiente.

La puedes encontrar en distintos formatos, muchas de veces endulzada, y disponible en un amplio rango de sabores como vainilla o chocolate. La “leche de soja” no solo puede reemplazar la leche y nata de vaca cuando horneamos, sino que también puede ser usada para cocinar.

Apta para los alérgicos, ya que no contiene lactosa, gluten ni proteínas de la leche, aunque su consistencia es ligeramente más acuosa que la de la leche de vaca.

La bebida de coco no es tan rica como la leche de coco, que se utiliza para postres como cremas y rellenos de pasteles debido a su consistencia cremosa. Esta, sin embargo, no contiene tanta pulpa de coco y tiene una consistencia similar a la de la leche de vaca. Tanto la bebida como la leche de coco no deben confundirse con el agua de coco, que es un líquido acuoso obtenido directamente del coco. Debe gustarte el intenso sabor del coco para usar y disfrutar la bebida de coco.

El agua con gas es genial para obtener una masa de pastel esponjosa. Pues el dióxido de carbono texturiza la masa. El agua del grifo también puede ser usada para reemplazar la leche, sin embargo, es más líquida que la leche. Cuando se hornea, se recomienda añadir agua poco a poco hasta alcanzar la consistencia deseada.

• Bebidas de grano como las bebidas de espelta.

• Bebida de cáñamo 

• Bebidas de almendra

• Zumos: Los zumos o limonadas también funcionan bien en los pasteles de libra, proporcionando sabor y consistencia, como la limonada en los pasteles de limón. El dióxido de carbono forma una masa esponjosa y, dependiendo del zumo, se puede lograr un color diferente.

Nota: este producto natural hecho por abejas trabajadoras no es adecuado para los veganos, pero es rico en minerales. Dependiendo del sabor, la miel puede tener un dulzor parecido al de la flor o incluso un sabor amargo, parecido al del bosque, como es el caso de la miel de abeto.

80 g de miel = 100 g de azúcar

Este sabroso sirope se obtiene de los árboles de azúcar canadienses. Es más líquido que la miel y tiene un sabor más amargo, sin embargo contiene menos calorías que el azúcar. Cuando se trata del jarabe de arce, cuanto más claro es el color, más suave y fino es el sabor.

80 g de jarabe de arce = 100 g de azúcar

Las frutas deshidratadas, como dátiles, ciruelas, albaricoques y manzanas, tienen un sabor dulce y funcionan bien en la mayoría de los productos horneados dulces. Las fibras en su interior son suaves para el sistema digestivo. Simplemente mezcla los dátiles en una batidora. Un pequeño consejo: añadiendo unas pocas cucharadas de agua, se puedes hacer un puré de frutas, que se puede guardar en la nevera durante un par de días.

Aprox. 125 g = 100 g azúcar

Es menos dulce que el azúcar, pero tiene un maravilloso sabor parecido al del caramelo. Generalmente se obtiene de los cocoteros del sudeste de Asia. Esto implica largas rutas de transporte y por lo tanto,  un alto impacto en el medio ambiente. Desafortunadamente, el azúcar de coco forma grumos al hornearse y se necesita usar más cantidad que con el azúcar.

Aprox. 125 g = 100 g azúcar

Los plátanos maduros son una apuesta segura cuando se trata de resolver el tema de la dulzura. Dependiendo de cómo de maduros estén, pueden tomar una nota de vainilla o un agradable caramelo frutal. Cuanto más oscuro sea el plátano, mejor. Por lo tanto, se adaptan perfectamente para cocinar y hornear.

Aprox. 125 g = 100 g de azúcar

• Siropes como el sirope de dátil o el sirope de arroz.
• Zumos espesos como el de manzana, pera o agave. 
• El alcohol de azúcar y los edulcorantes como el eritritol y el xilitol o la estevia son bajos en calorías o incluso libres de calorías.

A veces puede ser necesario ajustar las recetas cuando se les añade zumos o siropes espesos, ya que  el alto contenido de humedad puede afectar a la consistencia de la masa.